Dublín, capital de Irlanda es una ciudad magnífica y a pesar de no contar con muchos monumentos como otras ciudades del país, su ambiente acogedor lleno de vida y con un excelente propuesta cultural y de opciones para divertirse, la hacen uno de los puntos turísticos predilectos por los viajeros que tras su primera visita siempre vuelven.
Varios centros comerciales estupendos, pubs, bares, restaurantes, teatros y una divertida vida nocturna, además de su entorno natural maravilloso transforman a Dublín en un destino casi obligado para quienes visitan Irlanda. Dividida en dos zonas bien definidas, ambas presentan diferencias sustancias y propuesta de ocio diferentes, ya que en el norte se encuentran las construcciones más simples y no existen tantos restaurantes ni sitios céntricos, mientras que el sur es el lugar donde están los barrios más elegantes y la mayor diversión.
El verano es la mejor estación para visitar Dublín, porque aunque la lluvia está presente bastante seguido no es lo mismo que el resto del año, donde precisamente la lluvia no permite disfrutar de la naturaleza y de muchas propuestas de actividades al aire libre.
Para moverse en Dublín lo mejor es utilizar el transporte público y de preferencia los tranvías que ofrecen el mejor servicio de viaje, en tanto que para disfrutar la vida nocturna lo mejor es comenzar por un pub que ofrecen ambiente divertido pero tranquilo, para después visitar alguno de los locales bailables que son sumamente agradables. Bares y restaurantes mantienen sus puertas abiertas hasta bien entrada la noche y ofrecen una buena opción para comer y ver un show de música en vivo.
Uno de los sitios más visitados de Dublín es el Guinness Storehouse, el museo-fábrica de cerveza más famoso de la ciudad que ofrece visitas guidas para conocer hasta el último paso de la elaboración de la cerveza, finalizando la visita en alguno de los bares que están dentro del lugar y que ofrecen degustaciones gratuitas.
El Castillo de Dublín, también resulta interesante. Construido en el Siglo X fue en sus inicios una fortaleza vikinga, existiendo ofertas de visitas guiadas muy interesantes para conocer mejor su historia, incluyendo un paseo por los jardines y patios de la fortaleza, además del Salón del Trono y el de San Patricio, los más emblemáticos de este antiguo edificio.
Para quienes viajan con niños el Zoo de la ciudad es una excelente opción, ya que ofrece visitas guiadas que permiten conocer no solo la naturaleza sino también la procedencia e historia de las diferentes especies que viven aquí.
Y para los amantes de la naturaleza, el Parque Fénix el más grande de Europa con extensos espacios verdes donde abundan infinidad de árboles como también manadas de ciervos salvajes que habitan el lugar.