La pequeña isla de Paxos presenta un paisaje maravilloso compuesto de exuberantes olivares y muchas leyendas entres las que cuenta que fue creada por Poseidón para que allí viviera su amante. De reducido tamaño y con una difícil comunicación para llegar hasta ella, Paxis guarda sin embargo tesoros naturales increíbles que hacen que el viaje merezca la pena.
Oculta tras un pequeño fiordo la ciudad de Gaios, capital de Paxos posee una tradicional arquitectura que refleja el neoclásico del siglo XIX y abundan los balcones de tipo veneciano y balcones coloridos.
A lo largo de las costas y playas de Gaios existen pequeña calas, mientras que al sur se encuentra la isla de Antipaxos, un sitio deshabitado de increíble belleza natural con aguas de color turquesa donde el viajero podrá hacer excursiones en embarcaciones a motor.
Para llegar hasta la isla de Paxos de forma sencilla lo más recomendable es tomar un vuelo hasta la isla de Corfú y desde ese punto una embarcación que llega hasta este destino tan apartado y a su vez deseado por aquellos que buscan un lugar con magia y misterio, donde arribarán a un puerto de pescadores de poco calado donde los grandes barcos no pueden llegar.
De particular estética esta isla se destaca por sus fértiles tierras y montañas, con una zona sur más árida y una costa donde abundan las playas y también las lagunas. El clima cálido con vientos regulares hace de esta región una de las más bellas de toda Grecia.
Las accidentadas costas de Paxos ocultan tesoros maravillosos como sus pequeñas calas de blancas arenas a las que solo puede accederse por mar y las famosas Cuevas Azules en la costa occidental que para muchos sirvieron de inspiración al mito del Palacio de Poseidón.
Las Cuevas Azules se encuentran en una zona sumamente rocosa y profunda ideales para los amantes del submarinismo ya que ofrecen una experiencia inolvidable, sobre todo aquellas que son más profundas y por las que puede nadarse hasta ver la luz del sol que se filta causando un efecto variado que hace resplandecer las paredes de las cuevas.
Numerosas y enormes las Cuevas Azules son en realidad grandes acantilados de piedra caliza que han sido erosionados por el mar y con el paso del tiempo fueron formándose estos grandes reductos en los que pueden ingresar los barcos de excursiones y navegar por su interior, disfrutando así del color azul que le diera nombre al lugar.