Quienes visiten el oeste de Francia no pueden dejar de visita La Rochelle, ciudad de origen medieval, capital del Charente-Maritime y que ofrece a sus visitantes un rico patrimonio cultural y arqueológico.
Situada en la región de Poitou-Charentes La Rochelle posee rincones realmente encantadores como por ejemplo su puerto, cuya entrada se encuentra flanqueada por dos grandes torres medievales, mientras que en sus alrededores pueden visitarse islas como la de Ré.
Esta antigua ciudad de la costa atlántica francesa fue en el siglo X un pequeño pueblo de pescadores, asediado debido a ser un punto estratégico entre Bretaña y el País Vasco Francés con una situación geográfica que favorecía el comercio.
Tras siglos de encontrarse relegada La Rochelle conquistó nuevamente un floreciente comercio marítimo que fue ampliándose y ya para 1890 se inauguró el puerto de La Pallice con un excepcional calado que sirvió como base de submarinos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, siendo esta ciudad la última en ser liberada después de terminado el conflicto bélico.
Hoy, La Rochelle es un destino turístico ideal para aquellos que deseen conocer un poco más sobre la vida, tradiciones y arquitectura de las ciudades situadas al oeste de Francia, en la que se destacan sus casas de estilo nórdico y un centro histórico de estrechas calles peatonales, arquerías y soportales, como también las típicas residencias hechas con madera y pizzarra o con fachadas de piedra blanca típicas del siglo XVII.
El edificio donde funciona el Ayuntamiento de La Rochelle presenta muros góticos del siglo XV sirviendo de protección a la fachada de un magnífico edificio de estilo renacentista, mientras que la Iglesia de Saint Sauveur, en el casco histórico, presenta un estilo gótico flamígero del que solo ha quedado el campanario y también una parte del pórtico que fue reconstruida varias veces.
La antigua Catedral de La Rochelle construida en 1742 y terminada recién en 1784, es uno de los monumentos más visitados como también el edificio de La Bolsa que data del siglo XVIII y que fuera sedes de la Cámara de Comercio hasta el año 2002, destacándose por sus dos alas unidas por una galería de columnas y proporciones exactas que le brindan equilibrio y estilo a la construcción.
Los turistas podrán utilizar diferentes medios para desplazarse por La Rochelle, desde la bicicleta, el medio más popular, el autobús que parte de la estación en la Plaza de Verdum y los coches eléctricos que se encuentran en servicio las 24 horas de lunes a domingo.
En cuanto al alojamiento la ciudad ofrece a los turistas numerosas opciones de hoteles, casas rurales, centros de vacaciones y hasta campings de diversos precios y categorías, contando también con excelentes propuestas de excursiones y visitas a lugares como el Aquario La Rochelle, uno de los establecimientos de su tipo más grandes de Europa.