Magia y encanto de la Selva Negra

Un macizo montañoso que alberga una gran densidad forestal, la Selva Negra, situada al suroeste de Alemania, en el Estado Federado de Baden-Wurtemberg es uno de los destinos predilecto tanto por los alemanes como por turistas de todo el mundo debido a sus excelentes propuestas de ocio y actividades al aire libre.

Se estima que el nombre de Selva Negra proviene de su paisaje tan peculiar que por sus densos bosques de abetos brindan al entorno una apariencia oscura, existiendo también una teoría que asegura que fueron los romanos quienes denominaban a esta zona como Populus Nigra.

Existen infinidad de recorridos que pueden realizarse a través de la Selva Negra como la ruta del monte Feldberg o bien tomando como punto de partida el Lago Titisee desde donde es posible realizar excursiones por la zona.

Una de las ciudades más representativas de la Selva Negra es Friburgo, situada en un entorno natural realmente privilegiado, cuenta con una larga historia representada por monumentos como la Catedral y los vestigios medievales que se encuentran en la zona. Friburgo se destaca también por sus bonitas calles empedradas y ambiente tranquilo y relajado distinguiéndose su buena calidad de vida y compromiso con el medioambiente.


Entre los pueblos con encanto que alberga la Selva Negra, el de Triberg se destaca por ser el lugar en el que se fabrican los tradicionales relojes de cuco artesanales, siendo los más grandes del mundo, además de estar en las afuera de esta villa alemana la cascada más alta del país,existiendo varios senderos que pueden recorrerse para acceder hasta ella.

La famosa Baden-Baden es una ciudad termal situada en el límite entre el Valle del Rin y la Selva Negra, un lugar tranquilo y apacible que conserva todo el encanto y el aire burgués del siglo XIX , contando entre otras atracciones con un casino considerado como uno de los más bonitos del mundo.

El el caso de Gengenbach, el viajero podrá disfrutar de uno de los pueblos más bonitos de la región, a pesar de ser un lugar pequeño sus calles y plaza central se destacan por su arquitectura tradicional reflejada en casas con entramados de madera, encantadoras tiendas de regalos y también casas de té donde es posible degustar el famoso postre Selva Negra.

A solo 20 kilómetros de Frigurgo se encuentra otro pequeño pueblo con encanto llamado St. Peter cuyo principal atractivo es el monasterio benedictino del Siglo XI, mientras que los lagos Titisee y Schluchsee, los más famosos de la región ofrecen excelentes propuesta para la práctica de ecoturismo.
 
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