La pequeña población de Castel Gandolfo, conocida originalmente como Castrum Gandulphi, se encuentra situada en la bonita comuna de Lazio y a solo veinte kilómetros al sureste de Roma en un magnífico lugar donde las protagonistas son las colinas Albanas.
Una localidad famosa por ser el lugar donde se encuentra la residencia de verano del Papa de la Iglesia Católica y que ofrece diversos lugares históricos interesante para visitar.
El primero en habitar la residencia papal en el siglo XVII fue Urbano VI siendo posteriormente elegido como residencia veraniega para el alto prelado católico y el lugar preferido por los romanos para escapar del calor durante el verano debido a su clima más benigno que permite disfrutar del verano sin agobiarse.
Vistas espectaculares pueden obtenerse desde el Lago Albano además de disfrutar de esta pequeña población que a pesar de su extensión es más grande que la Ciudad del Vaticano.
Para llegar a Castell Gandolfo puede utilizarse el autobús o el tren desde Roma y tras un viaje de 45 minutos aproximadamente los visitantes podrán disfrutar de paisajes increíbles además de una gran tranquilidad.
El Castillo y residencia veraniega del Papa es un antiguo edificio diseñado por Carlo Maderno con un patio interior donde se levanta un busto romano representando a Polifemo además de una gruta artificial especialmente construida en la boca del cráter donde se encuentra el lago Albano.
Pontífices como Pio XII y Pablo VI murieron en este palacio y en la actualidad es la residencia de Benedicto XVI después de retirarse del papado y antes de trasladarse definitivamente al Monasterio Mater Ecclesiae.
Otros lugares interesantes que pueden visitarse en Castel Gandolfo son las Iglesias de SantoTomás de Villanova, la de Santa María Asunta, la de Nuestra Señora del Lago, la de San Sebastian y la de Santa María della Cona, todas ellas con una arquitectura espectacular que vale la pena disfrutar.
La ciudad cuenta además con una arquitectura de estilo italiano que le otorga elegancia y belleza al entorno. Nada mejor entonces que caminar por sus estrechas calles y disfrutar de alguna de las terrazas del centro que en su mayoría ofrecen vistas al lago.
Un sitio recomendable para visitar en un viaje a Roma, sobre todo por los amantes del arte y la arquitectura de siglos pasados.
