Una escapada de fin de semana diferente y con un gran atractivo paisajístico permitirá a los viajeros disfrutar del Canal de Castilla, una obra de ingeniería de las más importantes realizadas entre los siglos XVIII y XIX que discurre por parte de las provincias de Burgos, Palencia y Valladolid en Castilla y León.
Originalmente construido para hacer más sencillo el transporte de la producción de trigo que desde Castilla salía hacia los puertos ubicados en el norte su vida útil solo se conservó hasta la llegada del ferrocarril, transformándose hoy en un interesante paseo turístico que permite conocer de norte a sur las bellezas de la región.
En su tiempo el proyecto fue concebido para construir una red de cuatro canales pero finalmente solo llegaron a hacerse tres - el ramal Norte, Sur y el de Campos – formando un canal que recorrer 207 kilómetros y atraviesa una treintena de términos municipales además de unir las localidades de Alar del Rey en Palencia con las de Valladolid y la de Medina de Rioseco.
La mayor extensión del canal se encuentra en la provincia de Palencia, representado por el Canal Norte, que se divide en dos grandes ramales de los cuales uno llega a Medina de Rioseco y el otro a Valladolid.
Esta magnífica red fluvial es acompañada en el paisaje por caminos que hoy también representan una buena propuesta para hacer recorridos a pie, a caballo o en bicicleta.
El turismo fluvial se ha transformado en una de las propuestas más atractivas que permite recorrer el canal y visitar alguno de los pueblos por los que pasa tales como Alar del Rey, Dueñas y la localidad de Fuensaldaña que conservan aún su arquitectura clásica e invitan a degustar de su excelente gastronomía regional.
A lo largo del paseo también pueden admirarse varios puentes, ermitas, molinos y bodegas e inclusive en algunas poblaciones existen museos que son una muestra magnífica donde es posible conocer las costumbres, tradiciones y el arte de la zona.