Una visita a Rumania no sería completa sin una visita al famoso castillo de Bran, una fortaleza que todo el mundo identifica con este país.
Todos aseguran que el Castillo de Bran es el Castillo de Drácula, cuando en realidad no existe nada que realmente lo relacione con ese famoso personaje.
Bram Stoker, autor de la novela Drácula jamás visitó Ucrania, ni estuvo en ese castillo, pero todo esto a pesar de estar comprobado no es obstáculo para aquellos que hacen de la visita al castillo casi un ritual.
Esta magnífica fortaleza construida por los caballeros teutónicos en lo alto de un gran macizo rocoso en Transilvania cuando volviendo de Tierra Santa debieron protegerse de los turcos tiene una extensa historia
En el año 1212 cuando fue edificado la región donde se encuentra era una provincia húngara que servía como frontera contra el avance del Impero Otomano, una gran fortaleza que resultaría dañada por los tártaros y reformada en 1377 por el entonces rey de Hungría, quien transformó el castillo en un lugar sobrio y elegante con una gran torre almenada estructurada en torno a un patio central donde se encuentra el pozo.
Unas escaleras de caracol llevan a diversas dependencias de la fortaleza tales como la Sala de Música, la de la Cancillería y la de Guarnición, además de encontrarse en este recorrido el dormitorio real y una capilla.
Hoy el castillo es propiedad privada y pertenece a los descendientes de la familia real ya que a pesar de haber salido a la venta en varias oportunidades no existió ningún comprador interesado.
De allí, la decisión de explotarlo con vistas al turismo convirtiéndolo en un museo de historia y arte feudal, contando con diversas salas muchas de ellas interconectadas por pasadizos subterráneos.
En su interior es posible admirar excelentes colecciones de mobiliario importado de Europa Occidental por la reina María, además de armas, armaduras y piezas de cerámica que datan del siglo XIV al XIX.
Esta fortaleza situada cerca de Brasov en Transilvania es hoy un monumento nacional y un punto turístico clave de Rumania cuyo valor estriba tanto en su antigüedad como en su elegante arquitectura y por supuesto la creencia que en el pasado fue la residencia del famoso conde Drácula.
El Castillo de Bran está abierto diariamente para los turistas que pueden visitar su interior en una visita guiada.
Los horarios son: del 1 mayo al 30 septiembre los Lunes de 12 a 18 horas, Martes a Domingo de 9 a 18 horas y a partir del 1 octubre al 30 abril los Lunes de 12 a 16 horas, Martes a Domingo de 9 a 16 horas, previo pago de una entrada de 5 euros por persona.