París es considerada como la capital europea más arbolada, distinguiéndose por sus amplios espacios verdes y sus más de cuatrocientos parques y jardines, además de los bosques que sirven de marco natural a la ciudad.
Cada uno de esos parques y jardines cuenta también algo sobre la historia de la capital francesa y por ello reciben cuidados que tienden a su preservación destinando una buena parte del presupuesto de la Dirección de Parques, Jardines y Espacios Verdes de la ciudad para el cuidado de todos los espacios verdes parisinos.
Uno de los jardines más destacados de París son los que rodean el, actual sede del Senado francés.
Estos hermosos jardines se encuentran abiertos al público y están dentro de los más bellos de la ciudad, sirviendo de decoración natural al fantástico palacio.
Diseñados por orden de María de Médicis quien comprara estos terrenos que en la época no formaban parte del radio urbano parisino, haciendo construir allí su propio palacio que la alejaría además de las intrigas de la corte.
En 1612 María de Médicis compra esta gran extensión de terreno que cumplía la función de coto de caza del duque François de Luxembourg, nombre que luego fue el que llevaría el majestuoso palacio.
El diseño del palacio estuvo a cargo del arquitecto Salomon de Brosse y para la creación de los maravillosos jardines fue necesario comprar algunas residencias vecinas y demolerlas, todas tareas que llevaron varios años y no permitieron a María de Médicis ver concluida su obra, ya que recién a fines del siglo XVIII los jardines llegaron a alcanzar un tamaño semejante al que hoy poseen.
Originalmente los jardines se encontraban rodeados por una gran grilla recubierta en la parte superior por hojas de oro que aún hoy pueden verse.
Con el paso del tiempo y una nueva diagramación urbanística una parte de los jardines de Luxemburgo fueron expropiados, sin embargo, permanecieron en la zona las avenidas colmadas de tilos, plátanos, castaños y diversas especies exóticas.
La mayor belleza de estos inmensos jardines puede apreciarse durante la primavera y el verano cuando todos los espacios se cubren de flores e invitan a los parisinos a pasar largas horas recorriéndolos y disfrutando de este entorno natural incomparable.
Los visitantes tienen acceso a canchas de tenis y juegos infantiles que funcionan en toda esa área, además de dictarse cursos sobre apicultura y arboricultura aprovechando las magníficas especies y variedad de árboles que conforman el lugar, siendo también un espacio para el descanso y la lectura y asistir a diversas actuaciones musicales gratuitas que suelen realizarse durante el año.
